Vivimos en un país donde hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y obligaciones y en teoría las mismas oportunidades. La realidad nos muestra, que existen diversas situaciones donde quedan patentes las desigualdades de género, por ejemplo, la baja presencia de mujeres que cursan estudios científico tecnológicos.
Aún hoy, las estudiantes de ingeniería ocupan menos del 30% de las plazas, además se observa que el progreso profesional de ellas, en general, es más lento.
Sabemos que la diversidad en los equipos, y en particular aquellos formados por una representación equilibrada de hombres y mujeres, obtienen mejores resultados. La sociedad no puede renunciar a la mejor ciencia y tecnología.
Debido a esta situación, desde el año 2016, el 11 de febrero se conmemora el Día internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, con el objetivo de visibilizar que la ciencia y la tecnología son campos profesionales donde también debe haber mujeres. Con este motivo, se realizan acciones para romper esos sesgos inconscientes y dotar a las niñas y mujeres de las mismas oportunidades.
Desde aquí, os animo a asistir a las actividades promovidas por el movimiento 11 de febrero, los Diálogos Científicos de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, AMIT-Aragón, o conseguir que el proyecto “Una ingeniera en cada cole” llegue a vuestras clases y también podéis leer libros que hablan de mujeres científicas, como 10001 amigas ingenieras, con historias fascinantes de mis amigas.
María Villarroya Gaudó es Licenciada en Ciencias (Físicas), Doctora en Ingeniería Electrónica y Profesora Titular de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de Zaragoza